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CONCURSO CUENTOS DEL BICENTENARIO
LOS CUENTOS SELECCIONADOS PARA CONCURSO DEL BICENTENARIO, ORGANIZADO POR DIRECCIÓN DEPARTAMENTAL DE ESCUELAS DE CONCORDIA
SON LOS SIGUIENTES:
El misterio de los árboles
Me contaron…….que nuestra escuela fue creada en el 1989, uno de los fundadores fue el señor Victor E . Rodríguez y la comunidad del barrio San Agustín, funcionaba en guardería Evita ubicada la calle Maipú y Chabrillón con 24 alumnos. Ese lugar era muy pequeño.
Luego alquilaron una casa en calles Maipú y A. de Luque que contaba con tres aulas y un solo baño para alrededor de 70 alumnos y maestros desde jardín hasta 7mo grado, la directora se llamaba Nelly Nan.
En el año 1995 se trasladó a su edificio propio ubicado en calles Misiones y Rocamora, ese terreno pertenecía a la familia Malvasio y su directora actual es Beatriz Mattiassi y es una hermosa escuela a la que voy yo que estoy en 5to grado.
Justamente de este lugar quiero contarles, según dicen nuestras abuelas, tíos, padres y vecinos muchos años atrás ahí era todo campo y en el mismo lugar sobre calle Rocamora había cuatro árboles de eucaliptos, se decía que en uno de ellos en la noches de tormentas, refucilos y truenos, se reflejaba una figura de una mujer colgada de una de sus ramas, se dice que era una monja, que se había ahorcado, el motivo no se sabe hasta el día de hoy, según ellos era un alma en pena por la manera que eligió para quitarse la vida. Sólo se aparecía o la veían en aquellas noches horribles de tormentas, los que no eran obedientes.
Pero en el año 2006 cortaron esos árboles porque sus ramas estaban rompiendo parte del edificio y dicen que ahora se la sigue viendo en otros árboles que están frente a la escuela. Por las dudas yo no paso por ahí cuando está feo el tiempo.
Autor: BENARI
Benítez Ariel 5to grado “A”
“SUEÑO CUMPLIDO”
Una mañana fría del mes de marzo. En un pequeño barrio llamado San Agustín un grupo de vecinos se reúnen en la casa de una joven madre de nombre Mari, con la idea de crear una escuela en este barrio para mandar a sus hijos ahí.
Los días iban pasando y las reuniones continuaron. Sin tener ninguna solución.
Luego de varias semanas con gestiones realizadas por los vecinos, la ayuda del presidente de la comisión vecinal y el señor Víctor Rodríguez, quien acompañaba desde el primer momento y que había logrado y trabajado mucho por el barrio comienza a funcionar la escuela en la Guardería Evita, pero el lugar era muy pequeño. Por lo tanto consiguen alquilar una pequeña casita de amplio fondo con aljibe en su patio, lo cual fue aceptado por los papás para comenzar las actividades.
Después de haber conseguido el lugar, el desvelo de este grupo de padres era saber como se iba a llamar a esta escuela que apenas tenía 24 alumnos, pero cada vez se anotaban más. Hubo varias propuestas como Juan Manuel de Rosas, por ejemplo. Las reuniones continuaban y entre mate y mate sabiendo que lo poco que se había logrado era solo con el esfuerzo de los vecinos deciden llamarla “Trabajador Comunitario”.
Las familias estaban felices por que no solo tendrían un lugar donde los nenes podrían aprender sino que también tendrían el comedor que sería una ayuda a las familias que lo necesitaban, Mari esta joven madre sería quien cocinaría y les prepararía la leche o mate cocido a estos pequeños niños.
Para Mari era mucho trabajo, ella salía todos los días a recoger leña en la arboleda de la calle del barrio Belgrano cerca de la escuela, los días pasaban y los meses también, ella estaba embarazada de una pequeña que al nacer llamaría Liliana, uno de los chicos al ver que Mari ya no podía levantar las ollas la ayudaba en los que quehaceres, también otras mamás colaboraban siempre.
Una tarde de invierno, sábado, se invitó a los chicos del barrio a concurrir a la escuela y prepararon una mateada con tortas fritas para lograr, con la ayuda de todos, que esa casa precaria pareciera una verdadera escuela. Con alegría y gran entusiasmo pintaron el lugar, dibujaron animalitos en sus paredes y se colocó con gran orgullo el nombre que habían elegido todos “Trabajador Comunitario” porque es cierto, todo era trabajo de la comunidad.
Con ansiedad y nerviosismo, era una gran fiesta de la comunidad del barrio el 15 de septiembre del año 1995 después de 4 años de lucha inauguran el edificio nuevo en otro sector del barrio con todos los papás que tanto lucharon y esperaron ese momento.
Los años pasaron y hoy en el año 2010 somos muchos los chicos y papás que agradecemos y estamos orgullosos de nuestra escuela, pero más aún por Mari, que aún sigue en nuestra escuela, ella que luchó junto a otros vecinos durante muchos años por ver a “Trabajador Comunitario” con sus patios repletos de esos pequeños gurises.
Autor: NAHULEA
Nahuel Pereyra y Leandro Ruiz Díaz 6to grado “B” ___________________________________________________________________________________________ La escuela de mi barrio Esta historia me la cuenta mi hermana llamada María de los Ángeles, ella comenzó a partir de los 8 años el establecimiento, en el año 1989 cuando funcionaba en una guardería llamada Evita, ubicada en calles Chabrillón y Maipú.
Ese lugar era muy pequeño entonces nace la posibilidad de alquilar un espacio mas amplio y mas cómodo para los chicos que concurrían a estudiar, ubicado el mismo a cuatro cuadras de la guardería, en Maipú y A de Luque, era una casa pequeña y con un solo baño, de ella guardo muchos recuerdos.
Allí funcionó la escuela 72 Trabajador Comunitario, pero cada vez había más alumnos y resultaba incómodo. Mientras tanto los vecinos seguían pidiendo que se construya una escuela nueva, pero eso es solo el comienzo de una gran lucha para tener su propio edificio.
En ese tiempo estaba cargo una directora llamada Dora acompañada ella por un grupo de maestros y vecinos de la escuela a espera de repuestas del gobernador. Por fin obtuvieron un terreno ubicado en calle Rocamora y Misiones, la construcción comenzó con mucho esfuerzo y dedicación, al poco tiempo realizadas las aulas principales en el año 1995 se trasladan con mucha alegría los alumnos acompañados por maestros y padres y también el actual gobernante.
¡Llegó el gran día! En que la escuela 72 Trabajador Comunitario triunfó al tener su propio edificio, gracias y al honor y esfuerzo de esa directora, docentes y padres acompañantes que durante mucho tiempo soñaron con tener una escuela en este querido barrio San Agustín.
Ahora mi hermana tiene 28 años finalizó la primaria en este establecimiento llevando consigo el aprendizaje y muchos recuerdos vividos, que por siempre estarán con ella.
Hoy 9 de marzo del 2010 yo tengo el privilegio de ser alumna, estoy en 6to grado y todos estamos todos orgullosos de nuestra escuela. Además tenemos una hermosa biblioteca y una sala de informática y podemos seguir estudiando, acá ya que también hay secundaria. La escuela está completa como lo pedían los vecinos que lucharon por hacerla en este barrio y para todos.
FIN
Autor: ALPAO
Paola Álvarez 6to grado “A” LA DE ROJO
Un día un camionero llamado Héctor iba por la ruta 14 cerca de nuestra ciudad de Concordia, a la madrugada y vio a una señora que estaba vestida del color rojo que le pedía que pare para ver si la podía llevar a algún lugar. Él decide detenerse y llevarla.
Hasta que llegó la mañana y la mujer le preguntaba como se hizo camionero profesional y desde cuando y el respondía muy amablemente.
Seguían en la ruta hasta que llegaron a una estación de servicio y le preguntó al encargado si sabía, donde vivía esa misteriosa señora que estaba en el camión toda vestida de rojo, y le dijo que el nombre era Agustina pero que esa mujer y había muerto hace muchos años. Entonces el conductor le abrió la puerta del camión y se llevó una gran sorpresa ya que la mujer no estaba más
Se subió al camión y fue para su casa que queda frente a la mía en el barrio San Agustín, cuando llegó, enseguida nos contó lo que le había pasado y nadie lo podía creer ya que muchas veces escuchamos historias increíbles como esa.
Al otro día lo asaltaron y le robaron la billetera y el celular entonces decidió que nunca más iba a ser camionero. Empezó una nueva vida con su familia, puso un taller mecánico en su casa y nunca más quiso volver a viajar y mucho menos en camión.
Recuerdo que yo tenía 9 años cuando me contaron esta historia y ahora la cuando estábamos en la biblioteca se las conté a mis compañeros y maestras, todos quedaron sorprendidos y algunos muy asustados.
Autor: Rulito
Antonella Silveira - 5to grado “B”
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